El análisis basado en el price action, por Sergio Puente
El análisis basado en price action nos ayuda a entender el mercado en profundidad y a unirnos al bando de los ganadores,
En ocasiones los inversores tenemos la costumbre de emborronar los gráficos con cientos de indicadores, osciladores, líneas y canales, buscando esa varita mágica que nos dé la mejor entrada. Sin embargo, muchas veces no nos paramos a pensar en qué significan o, incluso, en qué es lo que está pasando en el mercado para que el precio se forme de una u otra manera. Por eso es necesario ir un paso más allá, limpiar el gráfico y hacernos la pregunta más básica posible: ¿por qué?
El análisis técnico tradicional trata de buscar puntos, niveles, estructuras universalmente válidas sin plantearse más allá. Con el análisis basado en price action lo que se busca es entender qué está sucediendo en el mercado para que el precio de un activo suba o baje. Pero antes de eso hay que conocer cómo funciona, en su vertiente más básica, el mercado. Partamos de la base de que el mismo no es más que una lucha de fuerzas entre compradores y vendedores. En una estructura “ideal” estaríamos hablando de un equilibrio entre ambos con un 50% en cada lado. Una vez se rompe dicho equilibrio entramos en una lucha de poder por hacerse con el control del mercado. Pero ¿Quiénes forman ambos bandos? En los mercados actuales, el 90 % de las operaciones las realizan “instituciones”, entendidas como tal no las grandes empresas, si no los operadores capaces de “mover el mercado”. Esto no quiere decir que el pequeño inversor esté vendido a estas instituciones, sino que debe aprender a operar cómo ellas.
Por otro lado, más del 70% de los inversores se realizan mediante sistemas automáticos. Sin entrar a valorar la idoneidad de este tipo de operadores, tenemos que tener en cuenta que los robots, ni siquiera los más avanzados, tienen en cuenta cualquier noticia o evento externo más allá del precio de un activo. Por ello, si queremos aprender a operar como los robots, debemos obviar todo lo que nos aleje del gráfico. Si el precio de un activo se desploma, no nos debe importar por qué lo hace, bien sea un atentado o bien un dato macroeconómico. Lo único que necesitamos saber es que los vendedores han tomado el control del mercado, sea por la razón que sea.
Partiendo de estas bases, podemos preguntarnos: ¿cuál es la mejor forma de ver en un gráfico cómo se forma el precio? La respuesta es simple, únicamente con velas. Y lo haremos con velas de 5 minutos que nos van a dar la perspectiva necesaria de qué está pasando en ese mismo momento en los mercados. Vamos al análisis más básico. Si una vela cierra en verde es que los compradores han ganado esa batalla. Si una vela cierra en rojo es que lo han hecho los vendedores. Pero estamos hablando de una batalla, y nosotros lo que queremos es ganar la guerra. Por tanto deberemos ver las velas en perspectiva. En este sentido tenemos “velas de señal” y “velas de entrada” considerando las primeras como aquellas que nos indican que uno de los dos bandos está tomando el control y las segundas como aquellas que nos lo confirman. Por supuesto, las mejores velas de entrada van a ser aquellas que, vistas en perspectiva, acompañan a la tendencia, ya que indican que el control del mercado es firme. Pero vamos a ir un paso más allá. Como vemos en el gráfico, tenemos varias velas tendenciales que indican un claro dominio por parte de los vendedores. Estas velas son moderadas indicando que los mismos no están obteniendo resistencia. Como en el día a día, siempre habrá personas que se arriesgan más que otras hasta que la gran masa de población se siente segura y se “unen al carro”. En el mercado se suelen dar ese tipo de situaciones reflejadas en una “gran vela de tendencia”. Cuando esto sucede ¿qué significa? Simplemente que las posiciones vendedoras se agotan porque todos los bajistas han decidido entrar al mercado. Si los vendedores ya no pueden poner más órdenes, el precio no tendrá otra que subir.
Pero no sólo las velas de tendencia nos dan una foto del mercado. Una estructura bastante repetida a lo largo de un gráfico histórico son las velas envolventes, entendidas dentro de price action como aquellas cuyo cuerpo engloba al cuerpo de la vela anterior y cuyos máximos y mínimos son superiores e inferiores respectivamente a los de la vela anterior. En este tipo de situaciones, ambos bandos del mercado están aumentando sus posiciones de forma que la batalla se está volviendo más cruenta. Recordemos que nosotros lo que queremos es unirnos al bando ganador, por lo que en este caso no tenemos otra que esperar la resolución de la contienda. Pensemos, en este caso, que los máximos y mínimos de la vela envolvente son los puntos de mayor virulencia por lo que es presumible pensar que, en el momento en que compradores o vendedores superen los mismos, habrán vencido. Por tanto, sería sensato esperar con nuestras órdenes de compra o venta un tick por encima y por debajo de dichos niveles. Una vez se resuelva, estaremos seguros de entrar en el lado de los vencedores a no ser que haya un contraataque, por lo que nos cubriremos doblando la orden que no haya entrado, de modo que funcione como stop y como entrada en caso de tratarse de una falsa victoria.
Siguiendo con la misma analogía, pensemos en que la lucha entre compradores y vendedores, puede durar sólo unos minutos o bien unas horas. En este último caso, normalmente se producen estructuras de canales estrechos donde prácticamente cada vela toca la parte alta y baja del mismo y, de manera habitual, se alterna el signo de las mismas. La situación es la misma, pero en este caso no deberíamos apresurarnos. Pensemos en cuando éramos niños. Si alguien intentaba quitarnos una canica desde luego que no íbamos a dejar que nos la robaran sin pelear. En el mercado, si vendedores o compradores rompen ese equilibrio que se representa en el canal, el bando contrario no se resignará sin más si no que intentará recuperar el mismo. En este caso, por tanto, lo más sensato es esperar a que se produzca este contraataque, en forma de pullback, para que, una vez realizado, se confirme que la ruptura ha significado la victoria.
Es evidente que, todas estas estructuras (y muchas otras) que se producen en un día de negociación, nos tienen que dar una foto del mercado. Podríamos hablar de cómo los días de tendencia clara se producen porque las instituciones ponen sus órdenes poco a poco para evitar caídas o subidas bruscas en el precio. También podríamos hablar de trampas para osos y toros en las que suelen caer los traders más inexpertos al no esperar una confirmación clara de una ruptura, bien sea de una media, un canal o una resistencia. O de cómo si vemos tres velas sin cuerpo seguidas se produce un alambre de espino del que debemos huir. Sin embargo, lo que tenemos que aprender es a olvidarnos de cualquier injerencia externa y a empezar a indagar en el mercado más básico y puro, aquél que obvia todo lo que no pertenece a la negociación y no es más que una lucha de fuerzas. Una vez lo asumimos, sólo nos queda ver los toros desde la barrera y unirnos a los ganadores.
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